Por: Osvaldo Platas Blanco
Desde chico tuve que desarraigarme del terruño para matricularme en mejores instituciones educativas. Ya estando en Xalapa hasta pensé que ahí viviría para toda mi vida. Sin embargo, decidí regresar a Cempoala y establecerme aquí permanentemente y no quedar como el hijo que se va de su patria chica como otros muchos que están lejos incluso en el extranjero y nunca vuelven a su lugar de origen.
Doy gracias al creador por haber tomado esa decisión porque ahora desempeño mi segunda profesión: chef pastelero, que es la que más me gusta. Y me doy cuenta que Cempoala está naciendo en prestación de servicios, es decir, hace falta gente emprendedora que ofrezca un bien o servicio al turismo que sí llega a visitar Cempoala pero se va con las manos vacías por no encontrar algo satisfactorio.
Con todo respeto amigos coterráneos, despierten del sueño de quejarse de todo y no hacer nada y éntrenle a el sueño de hacer las cosas con sus propias manos. Hay varios sectores que podemos explotar, el gastronómico, el cultural y el artesanal. Todas las ciudades turísticas mezclan estos tres sectores y es ahí donde el turismo sí deja una derrama económica significativa.
Así que amigos los invito a que nuestro terruño llegue a ser una villa bonita e interesante que tenga mucho que ofrecer a cualquiera que nos visite de fuera. Nos vemos en el próximo número.
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